lunes, 1 de octubre de 2007

Aliado, fuerza 1

Hoy me acordé de algo. Mas bien, de muchos "algos". Me acordé de cuando era chica, entre 6º o 7º básico y estaban de moda los juegos de cartas. Para ese tiempo existía las cartas magic, pero era más para gente dedicada a los juegos de rol y estrategia. Ahí fue cuando aparecieron las cartas de Mitos Y leyendas. Yo iba en un colegio de puras niñas, pero a pesar de eso, no había cabra que no tuviera un mazo o una noción vaga de lo que eran. Yo tuve muchas, aun las guardo, lo gracioso es que nunca supe jugar bien. A mi me gustaba mirar las imágenes y las leyendas de cada carta, la historia que había detrás de cada dibujo y de cada nombre.

En ese tiempo yo tenía un grupo de amigas con las que iba a todos lados, enserio, a todos lados. Con ellas intercambiábamos cartas repetidas y "jugábamos", más a ver el futuro que al juego mismo. Pasábamos recreos enteros mirando y conversando sobre éstas cosas. Me acuerdo que fue una de mis compañeras la que llegó con la novedad y de ahí se expandió al resto, tanto así, que hasta ocupábamos algunos diseños de cartas para hacer trabajos que nos pedían en artes. Y había una carta en particular. Tenía tonos azules, violetas y celestes. Era un diseño simple, una sola imagen. "Hadas" decía al lado izquierdo en forma vertical con letras entre doradas y amarillas. Un hada, sentada en un tronco con sus alas desplegadas y el cabello cubriendo su cara y manos. Nada complicado ni sofisticado, simple, pero que marcó una época importante de mi vida, una de las mejores.

Durante ese tiempo yo conocí lo que era la amistad, aperrar como fuera aun que todo se viniera cuesta abajo. Descubrí que era capaz de pararme frente a... 200 personas (aprox), y actuar con toda calma y seguridad. Supe que podía llegar a la gente sin tener siquiera la intención. También, con el tiempo, fui descubriendo que los profes no eran las personas distantes y frías que solo cumplen con su trabajo, también podían ser buenos amigos de los cuales aprender otras cosas que no se enseñan en los colegios, de ahí saque muy buenas migas que hasta hoy conservo y agradezco (De hecho, ahí caché que podía hablar mejor con personas mayores a mi edad que con mis pares). En ese tiempo también descubrí lo que eran los "piercings", cuando casi nadie tenía (de mi ambiente al menos)... me obsesioné con el de la boca e hinché montones para hacerme uno, lo logré. Traté de encajar en cierto lugar y sólo lo logré hasta el fin del segundo año, cuando solo quedaban meses para terminar. Conocí a mi primer amor "platónico". Comenzó mi fetiche por coleccionar cuadernos de dibujo, croqueras, y luego se sumaron los cuadernos para escribir, el más freak tiene hojas negras y fue parte de mi primer cortometraje. Pasé por una graaaan cantidad de estilos de vestuario y sobre todo de peinados. Y muchísimas otras cosas que por espacio y tiempo no escribo, pero que son tema para una tarde desocupada, un café y un cómodo sillón. Me atreví a hacer muchas cosas que no cambiaría por nada. Esas cosas me hicieron ser lo que ahora soy, que no está nada mal!

Yo podía hacer tantas cosas, y aun que se que puedo hacerlas otra vez, no sería lo mismo (en lo estrictamente literal de la idea). Aunque eso no impide hacer otras y mejores incluso! aun que diferentes. Se que no he perdido nada, está todo guardado en algún lugar de mi alma y mis recuerdos. Espero despertar otra vez eso que tuve y me hizo hacer cosas tan geniales pero que no repetí por las circunstancias... o tal vez es el destino, quien sabe?!



...Hace poco recordé algo, es un buen comienzo.