lunes, 2 de abril de 2007

De donde vino la Violeta

Hay veces en que uno no sabe por que pasan las cosas. No ve el sentido por ninguna parte. Simplemente no hay razón aparente, y aun que lo parezca, siempre hay motivos. El destino nos tiene un camino hecho a todos, y eso incluye algunas penas y miedos terribles por los cuales pasar. Algunos sustos que sufrir para probar a los que nos rodean y juran amor al cielo, para sentir en carne propia el "que tal si...". Las lágrimas que se derraman, los gritos ahogados en la noche, la soledad en medio de la desolación. Nada cambia lo que está hecho, solo queda seguir adelante y asumir con la frente en alto lo que se viene. Muchas situaciones no se pueden cambiar, y nos pueden causar un gran dolor, la grandeza está en saber superarlas y tener la suficiente madures para saber cuando todo a vuelto a la calma y saber hacerla durar. De cualquier forma, lo que vivimos nos hace grandes, y nos ayuda a no caer otra vez en el error. A veces, las situaciones de crisis nos hacen recapacitar y nos recuerdan que no podemos dejar de pensar.




Se que tal vez no puedas leer esto, o que cuando lo leas esté un poco atrasado, pero quiero que sepas que siempre voy a estar para ti, tu que siempre supiste entenderme a mi y saber escuchar como yo lo hago contigo ahora. Tu vida es tan importante para mi como el suelo que me sostiene, sabes que ocupas un gran pedazo de mi corazón y que cuando te falten fuerzas, yo voy a estar para alentarte y alegrarte otra vez. Tienes un futuro brillante por delante, no dudes en que tienes la capacidad, ahora y siempre, de cumplirlo. Siempre voy a estar para ti... Te quiero muchísimo.