viernes, 23 de marzo de 2007

como una flor chiquita

Creo que tengo todo un poquito más claro ahora. Era necesario que retorciera al máximo mis nervios para entenderlo todo. Es muy agradable sentirse plena después de un largo tiempo de confusión, lo mejor de todo es cuando alguien te ayuda a abrir los ojos y te muestra, casi con "manzanitas" que todo tiene arreglo, y sobre todo si una misma puede arreglarlo todo. Ahora, el nuevo lema es "todo se basa en la confianza". Aprender a confiar en otros, confiar en el presente, confiar en el futuro, confiar en el destino y sobre todo en mí. Debo aprender que no soy mi peor enemiga, al fin y al cabo, tengo que vivir conmigo misma por el resto de mi vida.

Todo el mundo vale, solo que algunos no saben su verdadero valor. Algunos imaginan que son menos por lo que su propia percepción de si mismos les dice. Para ellos, les tengo una noticia: lo que uno piense de uno siempre va a estar influenciado (o "chanfleado", para decir que no es 100% objetivo), no hay que confiar mucho, sea excesivamente positivo (o sea, tener el ego más grande que un europeo) o crea que es el insecto más chiquito del planeta. A veces, hace falta la ayuda de un amigo, de un verdadero amigo, para notar lo que pasa más allá de la propia nariz. Tampoco estoy diciendo que no hay que confiar en los instintos, solo que a veces, los instintos se dejan influenciar, son unas niñitas!

El otro día tuve mi experiencia reveladora. Una persona a la cual quiero mucho, me hizo notar la situación que estaba viviendo. Como una tejedora experta desenredó los hilo de mi muy desordena existencia y me dio la claridad que necesitaba. Estuvo ahí todo este tiempo, solo que faltaba su ojo experto y muy, muy dulce que ayudara a descubrirlo. Me habló de todo lo que soy, de todo lo que fuí y de todo lo que seré. Derramó una gota de esperanza en mi y puso su fe en mi camino. Hizo que mi mente se abriera de par en par y le diera paso a la luz que hasta entonces estaba media escondida. Sobre todo, me enseñó a notar todo aquello que rodea mi camino, todas esas pequeñas cosas que el resto no ve y que yo puedo sentir en lo más hondo. Me enseñó a fijarme en las pequeñas flores del camino que nadie nota, pero son tan o más hermosas que aquellas enormes y refinadas flores de cultivo. "Es un don" me dice, "no un castigo, aprende a vivir con el y sacarle provecho". Esa es mi nueva misión, aprender a conocerme a mi misma y compartir más con el mundo. Puedo llevarme más de una agradable sorpresa...

...avlaM roF